Adoptamos a esta cachorra cuando tenía dos meses.
A medida que crecía, comenzó a mostrar signos de miedo y agresividad. Se escondía en lugar de salir a pasear y empezó a morder si la queríamos coger.
Pero aún así le encanta la playa. Sin embargo, una vez allí, no quiere regresar a casa.
Adiestrador Canino • Gijón (Asturias), España